domingo, 28 de marzo de 2010

Odio la SS (Semana Santa)

Ya está aquí como todos los años el coñazo más grande del mundo: La Semana Santa.
La ciudad se llena de gilipollas con chaqueta-corbata, pelito engominao y pin de la hermandad en la solapa y tipos con cucuruchos de cartón en la mano.
Las calles son tomadas al asalto por comedores de pipas, chochos y chufas. Los bares suben un 40% el precio de sus productos, llegando a vender un puto bocata de "zarzishon" de mierda y una lata de coca-cola por 4,50€ incluso aunque el bar esté en el Polígono del Guadalquivir y ni por asomo vean las procesiones.
Cortan el tráfico, un suplicio para los que viven en el centro o por motivos de trabajo tienen que entrar en él (pertenezco a estos dos grupos). A la policía local se les endurece el cerebro y no atienden a razones. Se llenan las calles de cera, que al principio parece muy bonito porque está de colorines (morado, blanco...), pero en dos meses lo que queda es una especie de moco radioactivo negro pegado al suelo. Los niños no son capaces de quedarse quietos y su obsesión es formar la bola de cera más grande que la de su vecino de procesión mendigando a todos y cada uno de los nazarenos. Da igual que no lleven vela, les piden hasta al payo que va delante del paso con la chaqueta-corbata más elegante, con el pelo más engominao y con el pin de la hermandad de oro-diamantes.
Menos mal que este año como el Obispado ha abierto la veda de permitir pasar por la Mezquita, las hermandades se están dando de hostias por cuadrar sus recorridos y poder tener una foto de su Cristo-Virgen de "maera bellamente policromá" con un fondo de los arcos de la Mezquita. No saben que mi amigo Rafalín en menos de diez minutos con el potochóp le pone a su Cristo-Virgen de "maera bellamente policromá" con un fondo de la catedral de Burgos si hace falta

En fin, QUE SE VAYAN AL ARENAL!!!!!! Y NO MOLESTEN A NADIE
Que hagan un circuito, hagan sus carreras de pasos, salto de nazareno, lanzamiento de pétalos de clavel (las rosas están muy caras) y canto de saetas (que siempre pensé que eran flechas).

Y si tienen huevos, que pasen la SS a Agosto y con la fresquita de las 15:00 se pongan a comer torrijas en mitad del Arenal con sus pasos y vestidos con un cucurucho en la cabeza.

Pero lo que sí me gusta de la Semana Santa es cuando llueve. Me produce una gratísima sensación cuando veo a tios grandes como carros, con su chaqueta-corbata elegante, pelo engominao y pin de la hermandá de oro-platino, llorando como idiotas cuando comprueban que tras un durísimo trabajo (borracheras en la sede de la hermandad y peroles en monterias con sus "hermanos") no pueden salir a la calle a pavonearse delante de los demás con su Cristo-Virgen de "maera bellamente policromada".

Yo, como todos los años que puedo, ME VOY DE LA CIUDAD rezando a la Virgen de la Cueva

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