sábado, 7 de mayo de 2011

He denunciado a mis jefes y casi me linchan... mis compañeros!!!


Copy-Paste literal de www.neopeseta.net
Aconsejo leer tambien los enlaces que sugiere el mismo texto.
Me ha parecido muy bueno y tristemente verdadero.



He denunciado a mis jefes y casi me linchan ….. mis compañeros. La clase obrera hispanistaní se retrata en mi curro.

Estimados conforeros, burbujos todos.

Comparezco ante este insigne foro para dar testimonio de los extraños sucesos que acontecieron ayer en la empresa dónde tengo el disgusto de prostituirme a jornada completa.

Como algunos de ustedes recordaran, servidor presta sus servicios en una empresa relacionada con el sector de las energías renovables. Con el fin de no aburrirles, podríamos resumir la situación diciendo que, tras acogerse a un ERE presuntamente temporal que prometía acabar con más expulsados que el Real Madrid, en los últimos meses no paran de entrar pedidos de tal forma que la empresa marcha viento en popa a toda eólica y, finalmente, todos los EREados se reincorporaron a su puesto de trabajo.

Pues bien, inspirado por el perroflautismo a la hora de elegir como objetivo vital ejercer el derecho a la pereza (he marcado los 40 años como fecha máxima para mi jubilación) y practicando la más estricta militancia lonchafinista para conseguirlo (no hipoteca, control riguroso del gasto, intención de vivir en un contenedor sobre suelo rústico alquilado en no más de un año, …), me dispuse ayer a reunirme con mi particular Dios Creador De Toda Riqueza, también conocido por el título de Director Gerente, el hombre al que debo agradecer cada bocado que llevo a mi asquerosa boca proletaria, con el fin de reclamar toda una pléyade de pluses, atrasos y reconocimiento de categoría que recoge el Convenio amén de una generosa subida de sueldo de naturaleza porqueyolovalguista.

Con tan obscenas intenciones en mente, procedí a vestirme con mi mejor chándal y, acompañado de un informe redactado por la asesoría jurídica de mi Sindicato y unos preciosos gráficos relativos a la productividad de este humilde burbujista, osé a llamar a la puerta de mi Proxeneta en Jefe. Me permito reproducir a continuación la breve conversación mantenida:

PeJ: “ Buenos días señor Perroflauta, siéntese por favor. Me comentan desde recursos humanos que le gustaría tratar algunos aspectos de nuestra relación laboral. Cuénteme por favor ….” – comenzó mi jefe con la jerga aprendida en los fascículos para directivos del “Cinco Días” que acostumbra a devorar en el retrete.


Perroflauta: “ Disculpe, pero creo que esta reunión será mucho más productiva si lee estos informes” – espeté alargándole los documentos anteriormente citados.

A medida que el Gerente deslizaba sus porcinos ojos sobre mis reclamaciones pude observar como su rostro se encendía cual Gusi-Luz al tiempo que la mandíbula se desencajaba hasta límites difícilmente alcanzables incluso para Pocholo. Una vez concluida la lectura procedió a mesarse desaforadamente los cabellos al tiempo que piafaba como un purasangre desbocado. Finalmente levantó la cabeza y, transmutado en el Muñeco Diabólico, clavó fijamente su pupila en mi pupila azul.

PeJ: “Perroflauta, está cometiendo usted un error muy grande” – ladró mientras a mi mente acudía la imagen del Padrino-. “Esto puede perjudicarle mucho a usted y al resto de los trabajadores de esta empresa. ¿ Es consciente de la situación actual?”.

“Perroflauta”: “ Le pediría que no eleve la voz, soy muy sensible. Si lee con atención el informe verá que me limito a exigir lo establecido en el Convenio y que sólo lo reclamo para mí. Mire, soy una persona de mente abierta y tolero todas las orientaciones sexuales. Si a mis compañeros les gusta que les sodomicen respeto su opción pero no la comparto. Repito que reclamo exclusivamente mis derechos de modo que si usted ajusta mis condiciones al Convenio éstas no afectarán al resto de la plantilla. En caso contrario, me obligará a recurrir a magistratura y, si en ese proceso la inspección de trabajo hace su aparición, será usted el único responsable de lo que ocurra después. Y en cuanto a la subida pactada de sueldo podemos discutir, datos en mano, la retribución que merezco.

PeJ: “ Bueno está claro que la conversación ha acabado. En su momento recibirá una respuesta de la Dirección”

Perroflauta: “ Perfecto entonces. En cuanto al plazo de respuesta no hay problema, hasta pasado mañana no tengo cita con el asesor de modo que tienen todo un día para valorar la situación y que no sea necesario recurrir al SMAC. Buenos días.”

Concluida la reunión regresé a mi puesto de trabajo, el cual abandoné de nuevo dos horas después para disfrutar de un, sin duda, inmerecido almuerzo. Craso error por mi parte. No acababa de entrar en el comedor cuando, como una bandada de buitres, una veintena de compañeros me rodearon. Mi legendaria intuición, junto al hecho de no tratarse del día de mi cumpleaños y la enajenada expresión de sus rostros, me llevaron a pensar que no albergaban buenas intenciones hacia mi humilde persona. En un primer momento mi mente rememoró viejos traumas del pasado y temí que su intención fuese robarme el bocadillo pero, el ligero matiz de rencor que percibí en la frase que me dirigió el cabecilla de los amotinados (no diré que se llama José porque deseo garantizar su anonimato, por lo que me referiré a él por su apodo, Robasiestas, ganado a pulso en miles de sobremesas poniendo el mp3 a todo volumen) me puso sobre la pista de los verdaderos motivos del enfado colectivo.

Robasiestas: “ Tú ‘desgraciao’. Nos ha dicho’ la Portera’ que vas a meter aquí un Sindicato y denunciar a la empresa. ¿ Tu sabes la que se pué’ liar?. ¿ Que podemos acabar en la calle?. Que sepas que como no tenga pa’l piso y le falte el pan a mis hijos te parto el alma.”- bramó el ofendido hipotecado jaleado por la turba.

Tras la intervención de Robasiestas mi despierta mente dedujo el desarrollo de los acontecimientos desencadenados por mi perverso jefe. En sólo un par de horas, el muy ladino hideputa había hecho llegar a los oídos de la Portera, apodo con el que es conocido Agustín, un compañero de Administración cuyo nombre también prefiero mantener en secreto, y que no destaca precisamente por su discreción, la media verdad mencionada con el fin de poner en mi contra a toda la plantilla. Y a fe mía que estaba logrando su objetivo a juzgar por el modo en que los insultos y gritos de mis compañeros apoyaban la intervención de Robasiestas.

Hube de soportar varios minutos, que me parecieron siglos, el aluvión de críticas expresadas de forma no precisamente amble y he de confesar que, en algún momento, llegué a temer que la situación llegase a las manos. En vano traté de explicar a mis compañeros mis verdaderas intenciones, que yo no pretendía erigirme en representante de nadie y que mi denuncia, en caso de producirse, únicamente se ceñiría a mi persona.

Juro por Tochovista que, debido a que no he nacido en un barrio muy recomendable, a lo largo de mi miserable existencia me he visto envuelto en peleas con yonkis, gitanos ( como perroflauta de pro no discrimino a ninguna etnia a la hora del reparto de ostias) , rapaos e incluso con un reponedor del “Día”. Pues bien, en ninguna ocasión he visto la ira y la desesperación mostrada por esta manada de hipotecados.

Finalmente logré retroceder hasta la puerta entre veladas amenazas y variados piropos y me ví obligado a proceder a la ingesta diaria de proteinas en la soledad del parking.

En fin estimados conforeros, ayer comprendí, mas que me pese, que la razón se encuentra del lado del punk. No hay futuro amigos. El problema de este mundo no sólo se encuentra en la escoria dirigente. Desgraciadamente la clase trabajadora demuestra día a día que merece lo que tiene. Hace un siglo eran necesarias cárceles, bayonetas y horcas para contener la lucha de los trabajadores. Hoy con una tarjeta de plástico y un papel que dice que un piso será tuyo en treinta años es el propio trabajador el que se reprime a la hora de defender sus cada vez más escasos derechos.

PD: cada día más asqueado de los que se escudan en las hipotecas para tragar con todo. Especial mención merecen aquellos que afirman hacerlo por el bien de sus hijos cuando, con su actuación, sólo contribuyen a que éstos hereden un futuro de esclavitud.


Lo dicho, esto no tiene arreglo.

Buen fin de semana.

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